Entregamos microcréditos destinados al mejoramiento de la calidad de vida de personas que están por fuera del sistema financiero formal. Pueden ser utilizados para potenciar emprendimientos y/o realizar mejoras habitacionales. Muchas personas no pueden acceder a créditos formales en bancos porque no poseen recibo de sueldo ni ninguna otra garantía. Por eso, para financiarse deben recurrir a préstamos informales en los barrios, llamados usureros por las altas tasas de interés que poseen. Los microcréditos de Impulso, con baja tasa de interés y con garantía grupal son una herramienta fundamental para reducir la pobreza y para que las comunidades alcancen su desarrollo.
Trabajamos en grupos de garantía solidaria fomentando el compromiso y la responsabilidad con el prójimo y con ellos mismos para que puedan desarrollar un crecimiento no sólo económico sino también humano. En nuestros inicios comenzamos a otorgar microcréditos replicando la metodología de Grameen Bank. Con el paso del tiempo, fuimos adaptándola a un sistema propio de bancos comunales, que consideramos más inclusivo y eficiente. Cada grupo de microcréditos, integrado por un mínimo de 5 personas que se tienen confianza entre sí, se reúne de forma quincenal con los voluntarios operadores para charlar sobre el desarrollo de sus emprendimientos o mejoras habitacionales. También se realizan los pagos de las cuotas o se retiran nuevos créditos y se llevan a cabo capacitaciones sobre finanzas. La periodicidad de las reuniones fomenta el compañerismo del grupo, además de que permite a los voluntarios poder hacer un acompañamiento más personalizado de cada participante.
Impulso es un emprendimiento social de la Fundación Horizonte de Máxima, que promueve el ejercicio profesional vinculado con la vocación social. Nuestro Horizonte de Máxima es que todas las personas que no acceden al crédito formal puedan explorar nuevas oportunidades que les permitan buscar su propio desarrollo económico y personal, brindar mejores condiciones a sus familias y ser protagonistas de su comunidad.
Impulso nació en 2013 cuando un grupo de 8 amigos decidió crear oportunidades de desarrollo a través de la entrega de préstamos de dinero.
Todo comenzó con la lectura del libro “Hacia un mundo sin pobreza”,. El sistema de microcréditos creado por el economista bangladeshí Muhammad Yunus en la década de 1970, estaba plasmado en ese libro. Esta metodología surgió como una forma de combatir la extrema marginación que azotaba a ese país, en especial en las aldeas rurales.
Cautivados por la forma de transformar la pobreza no desde un enfoque asistencialista, sino desde las capacidades de las personas, se pusieron a investigar sobre microfinanzas en Argentina. Este era un tema muy reciente en ese momento, ya que había empezado a surgir en el año 2000. Se capacitaron en la Fundación Grameen y articularon con el Centro de Desarrollo Integral del barrio El Faro, en San Miguel, un espacio al que ya conocían
Pero para poder comenzar a otorgar microcréditos debían contar con dinero, algo que no tenían. Comenzaron con donaciones de amigos y familiares pero haciendo foco en que ese dinero no sería donado sino invertido en personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica para que puedan desarrollarse y cumplir sueños. Recorrieron el barrio invitando a los vecinos y la convocatoria fue enorme: más de 200 personas se acercaron interesados en la propuesta. De ellas, unas 80 comenzaron el proceso para armado de grupos y finalmente 60 recibieron microcréditos, un número que se mantuvo en el tiempo. Una vez que el sistema estuvo afianzado, comenzaron a replicarlo en otros municipios, como Florencio Varela, Pilar y Moreno
*El origen de los microcréditos se remonta a la década de 1970, cuando el economista Muhammad Yunus desarrolló un sistema de microcréditos para combatir la pobreza que azotaba su país natal, Bangladesh.